martes, 27 de octubre de 2015

Hebrón para los judíos...

Los judíos han penetrado en muchas sociedades y han dejado su impronta en todas. Escribir sobre los judíos, es escribir sobre la historia de la humanidad, pero desde una perspectiva genuina. Es hacer referencia a la historia de una víctima culta e inteligente.
     Ningún pueblo ha insistido con más firmeza que los judíos en que la historia tiene un propósito y la humanidad un destino. Se aferraron a esto con heroica persistencia frente a sufrimientos atroces. Muchos de ellos aún creen en esa misión.
    Los judíos son el pueblo más tenaz de la historia, y Hebrón es buena prueba de ello. Se encuentra a unos treinta kilómetros al sur de Jerusalén a mil metros de altura, en las montañas de Judea. Allí, en la cueva de Macpelá, están las Tumbas de los Patriarcas.
    Allí es donde comenzó la historia de cuatro mil años de los judíos, hasta donde es posible situarla en el tiempo y el espacio.
Ha sido sucesivamente un santuario hebreo, una sinagoga, una basílica bizantina, una mezquita, una iglesia de los cruzados y de nuevo una mezquita.
Cuando Jerusalén cayó, lo judíos fueron expulsados y el lugar poblado por Edom fue conquistado por Grecia, después por Roma, convertido, saqueado por los zelotes, incendiado por los romanos y ocupado sucesivamente por árabes, francos y mamelucos.

   En 1518 se produjo una terrible masacre otomana a los judíos de Hebrón. Después, lo judíos habrían de dar la bienvenida al falso Mesías, Shabbetái Zevi, en la década de 1660, y también llegaron los primeros peregrinos cristianos modernos en el siglo XVIII, colonos judíos seculares, un siglo después y los conquistadores británicos en 1918, cuando prácticamente la exterminaron. Cuando los soldados israelitas entraron en Hebrón, durante la guerra de los Seis Días de 1967, hacía una generación que no vivía allí un solo judío. No obstante, en 1970 se restableció un modesto asentamiento que, a pesar de los graves temores y las incertidumbres, ha florecido.
     Hebrón es, por lo tanto, un ejemplo de la obstinación judía a lo largo de cuatro mil años.

Ningún pueblo ha mantenido durante un período tan prolongado un vínculo tan emotivo con determinado rincón del planeta. Y al mismo tiempo, ningún otro pueblo ha exhibido un instinto  tan enérgico y  persistente hacia la emigración, tanto coraje y habilidad para arrancar y volver a plantar sus raíces. No deja de ser curioso que, durante más de tres cuartas partes de su existencia como pueblo, la mayoría de los judíos hayan vivido fuera de la tierra que consideraban suya. Y hoy la situación es la misma. 

1 comentario:

  1. Hebron es una ciudad santa para los judíos , cristianos y musulmanes, en esta ciudad se encuentra la tumba de los patriarcas , es un gran centro urbano de los israelíes lo que la convierte en un lugar productivo. A pesar de que cuando Jerusalén cayo fueron expulsados de su tierra los judíos mantienen un vinculo permanente con esta ciudad la cual vio nacer su historia de mas de cuatro mil años hubo un tiempo en el que no vivía un solo judío en este territorio pero con el pasar del tiempo se restablecieron los asentamientos de judíos que a pesar de temer por sus vidas permanecieron allí y poco a poco a florecido el territorio.

    Karol G. Tolentino

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